Cuando pude abrir de nuevos los ojos, me di cuenta de que mi prueba para suicidarme no había sido aceptada por el que nosotros llamamos Dios.Mi habitación alquilada había cambiado por el de una sala de color blanco llenas de maquinas de que no paraban de hacer pitidos y una mujer que se intentaba hacer la inteligente leyendo se un libro,que por lo que vi, parecía que llevaba tiempo empezado.Los tubos que tenían por dentro de mi garganta, me hacían el imposible empezar una conversación con aquella mujer que podría ser una enfermera.Cuando alce un poco la cabeza para que se diera cuenta de mi, los brazos no me ayudaron,ya que tenían una correa atada a ellos.
-¿Donde estoy?-pude preguntar entre sollozos de desesperación por desatarme
+Esta usted en un hospital especializado en su problema, un asilo para dementes.
-¿Un manicomio,no?
+No salió de mi, lo dijo usted.
La lagrima ya se disponía a aparecer cuando note un pinchazo en mi corazón y dos hombres entrando en la sala, que seria una enfermería, que mas pronto, seria mi hogar.
Posiblemente estaba loco, pero sus textos seguian siendo igual de brillantes (:
ResponderEliminarme encanta como escribes lo sabes, y me gustaria que hablaramos algun dia, en mi blog, tienes un correo.
un beso y no tardes mucho en escribir(:
Muchissimas gracias de verdad :)
ResponderEliminarValeeee, perfectoo :W Me pasare cuando coja el ordenador, que estoy dessde la blackberry jajajajaj bessos :)