Los fuegos artificiales.

Me alegro de poder estar aquí,en el café Gran Gulliver , tomando me una buena taza de café con el fondo de los fuegos por el día de acción de gracias,  Penelope su  nuevo repertorio sobre el suicidio de su padre y del mal olor de su perro, cuando Carlos hizo unas de esas bromas tan pesadas sobre el antiguo peso de Marina, mientras Rodrigo y  Rocio, cogidos dos de la mano, hablaban sobre la nueva actuación de Juan, que con suerte, seguía en la serie de televisión" Los buenos días de sus vidas".Y cuando nada podía ir a mejor, el camarero nos trajo aquel pastel con el nombre del cumpleañero(osea se, yo) con el numero de la edad, pero decidimos llevarnos la , ya que el pato y el pollo estaban solos en casa  y la niña de Rodrigo y Rocio ya había avisado de que era hora de comer, con sus llantos que se podían oír hasta detrás de la conversación telefónica con su niñera.A sí que, nos fuimos a casa de Marina para celebrarlo y poder ver la gran manzana desde su ático.